Una mujer al frente de la organización social más influyente del país
A sus 37 años, dirige la organización social más influyente del país. Madre de un joven de 19 años. Mujer forjada en la disputa por la tierra y la agricultura familiar, se la siente profundamente convencida de lo que quiere. Ella es Teodolina Villalba.

Teodolina, a la cabeza de la marcha de la Federación del 26 de marzo. Al lado se lo ve a Marcial Gómpez. Foto: Juan Heilborn
No ha sido fácil dar en estos días con Teodolina Villalba. De reunión en reunión, de viaje en viaje. Luego de la huelga general del 26 de marzo la tarea ahora es evaluar comunidad por comunidad, asentamiento por asentamiento, “mba’éicha ja continuáta la ñande lucha”, nos cuenta, a punto de abordar el colectivo que la llevaría a su casa, en el asentamiento San Isidro, Yryvu kua, San Pedro. Venía de una semana muy movida, de unos meses muy movidos. La movilización de las bases de la Federación Nacional Campesina se impuso en la agenda pública desde enero en adelante por las resistencias a las fumigaciones ilegales alrededor de las comunidades. Ubicaron sus cuerpos, con machetes de madera, frente a tractores y cascos azules. Estas acciones abrieron al debate las consecuencias de la producción de las semillas transgénicas. “Cuando la Federación se mueve, se mueve”, escuché decirle al educador popular René Alfonso por esos días.
Hace dos años, Teodolina asumía la secretaría general de la Federación por decisión de 600 delegados. Hasta ese momento, la Federación asemejaba un patriarcado inexpugnable. Al interior, sin embargo, las mujeres presentaban una discusión profunda sobre el carácter de la organización, de la lucha, de las movilizaciones y de las conquistas.
“Creo que avanzaron muchísimo, incluso en el tratamiento de violencia (bruta) machista”, afirma la activista María López.
“Sí, eso creo, que hay un gran trabajo detrás”, conjetura, por su parte, Clyde Soto, del Centro de Documentación y Estudios (CDE).
En 22 años de la Federación, “heta roñemongueta, heta mba’e oiko ikatu haguâ jaha oñondive, ojoykére”, dispara Teodolina.
Al principio -reconoce-, no fue fácil hacerse cargo de una organización nacional que insume todas las semanas idas y vueltas a Asunción, reuniones en distintos asentamientos y comunidades. Pero “ko’ága añeacostumbráma ahávo”.
La seguridad
“Oúma Teodolina, ja’áke ja’eka chupe”, es una frase muy común en las comunidades de la Federación.
La seguridad de Teodolina, una dirigente de a pie, es un componente esencial. La esperan en la ruta, la trasladan generalmente en moto hasta las comunidades rurales y la acompañan en el recorrido.
Cómo se la ve
Teodolina es “sacrificada, aguerrida, disciplinada, con conciencia de clase”, la define la comunicadora y socióloga Carla Caballero. “Y se la siente muy femenina. Es muy importante no reproducir el liderazgo masculino para asumir cargos de dirección”, sostiene, por su parte, Mirna Robles, activista del Movimiento Campesino Paraguayo.
A cargo de la casa y el cultivo quedan su esposo y su hijo, Lorenzo y Daniel Espínola. “Rojoajudapako enterovéva”, suelta Teodolina.
No se la vio. Esas 15 mil personas de las plazas del Parlamento no la vieron. No era porque ella fuera bajita -que sí lo es-, sino porque el escenario no tenía tarima y porque miles de banderas tapaban el escenario. También muy pocas personas pudieron escucharla con ese sonido muy bajo durante el cierre de la huelga general frente al Parlamento. Pero ahí, en ese momento, luego de que hablara su par de la MCNOC, Luis Aguayo, Teodolina expresaba la idea central de la Federación: “Desarrollo nacional”. Es una idea que desde su propia creación recrea la FNC. “Roñemonguetase peteî programa de desarrollo nacional ari”, decía Teodolina. Era una idea lanzada a las demás organizaciones y a la gente más que al Gobierno, porque -y en ese mismo momento ya se definía-, para la Federación es absolutamente imposible hablar de desarrollo nacional en tanto siga la Alianza Público-Privada.
-Mba’ére.
Mba’éichaiko ñañemonguetáta desarrollo nacional incluyente rehe la oñe vendepárô la yvy ha recurso ja guerekomíva. Ndaikatúi mba’evére ñañemongueta upéicha. Teodolina responde tan naturalmente que me hace pensar que la pregunta estaba demás.
En qué consiste un programa de desarrollo nacional.
Entre otras cosas, para la Federación es básicamente la tierra, el capital y la tecnología al servicio de la mayoría. Plantea procesamiento de la producción primaria como forma de revertir el modelo agroexportador y reexportador. Actualmente, el país exporta granos en bruto y carne, con muy poca utilización de mano de obra y con gran expulsión de la gente del campo hacia las ciudades. “Con más de 80% de la tierra en manos del 2,6 por ciento, es un modelo que genera una oligarquía sin respeto de las leyes, de la vida de la gente ni de las especies”, señala el secretario general adjunto del Sindicato de Periodistas del Paraguay, Jorge Zárate.
A dónde vas, Teodolina
Al cierre de esta nota sobre Teodolina, ella se encontraba a punto de tomar otro colectivo. “Ko’ága aha hína basepe roñemongueta haguâ mba’érepa ndoro aceptái la mesa de negociación con el Gobierno ha moôrupi ñacontinuâta la lucha”.
Teodolina ya es de la gente que creció en los asentamientos conquistados. Hace 25 años que se encuentra en San Isidro, Yryvu kua. Es probable que por eso esa idea de disciplinada y aguerrida con que la califica Carla Caballero, en ella se exprese muy naturalmente, sin perder la alegría”, como dice la comunicadora Natalia (Natu) Ferreira.