Las Densas, Tibieza, Provocación y Clase Media

Una crítica a las obra de David Amado
Hoy nos sentamos a la mesa a hablar en familia y surgió el versículo bíblico (La Biblia, ese Código de Moral Occidental y esa Matriz conductual del colonizante colonizado): “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” Apocalipsis 3.16. Y pregunté cómo se traduciría “Te vomitaré” al guaraní, a lo que me respondieron: Roprovocata. Provocar y Vómito en nuestro jopará guaraní es lo mismo.
Hace unos días fui a ver la Obra de Teatro de la Posdramática: «Las Densas» de David Amado. Y estaba reflexionando justamente sobre la sociedad que presenta y especta esta pieza, es la Clase Media, no es la alta ni la baja, ni la fría ni la caliente, es la «Tibia Clase Media», que por un soplo fallido de viento norte toma postura y sin dejar de ser “media” se vuelve Caliente como un sueldo jubilatorio de senador o diputado de la Nación. Y al tomar riendas de su propio pensamiento crítico puede no ser vomitada por la Sociedad, sino ser el sujeto que vomita, expulsa, «Provoca» y enciende a ese registro que tenemos como Sociedad basada en un sistema de cretinismo funcional y tejido a boca con silencios e hipocresías de todo talle.
Sucede que hay una delgada frontera entre el Plagueo (ese llenarse de plagas al hablar) y la Provocación, esta obra me «Provoca», en la acepción no escatológica del vómito, sino en la «Fuerza» que tiene ese ejercicio dialéctico de exorcizar-nos del yugo de los de abajo y de los de arriba, de los fríos y los calientes, nosotros los tibios de siempre ahora no somos vomitados, somos los que vomitan. Es un gran paso para nuestro “medio” tan incómodo y funcional a la jerarquización del Status Quo o todo lo que tenga que ver con la falta de yodo.
Al ver la obra, me pregunté, qué tendrá de posdrama una ficción con una dramaturgia griega, eso aún queda en mi tintero de preguntas, pues la tragedia de Antígona se sigue línea a línea en este relato que nos ofrecen tan bien actuado Paola Ferraro y Panambi Scalamogna, pues recordemos, que en esta tragedia griega uno de los componentes principales de la trama no es la muerte del hermanito rebelde contra el gobernante de turno ni tampoco, la búsqueda de su cadáver para darle sepultura, sino es la presión de Ismene (hermana de Antígona) porque la hermana deje de buscar el cadáver, deje de «Provocar» al gobernante, se deje de joder con el zurdaje, que haga su duelo que total la poesía es mejor que la política. Como dicta la obra dictaría Ismene: “Qué feo usar el teatro para estas cosas”.
Mientras Lizarella y su casto esposo imputado por ladrón toman un drink en Miami y en ellos toda esa clase ni alta ni baja sino delincuente, escribo esto, y «Las Densas» los están vomitando en Sala Piloto. Sabrán ellos que estamos haciendo el trabajo de enterrarlos vivos en nuestra pequeña aldea de hipócritas, será que sirve de algo que quememos un poquito aunque sea sus casillas farmacéuticas de compra y venta de votos y drogas varias. Sabrán ellos que nos estamos exorcizando, aunque seamos unos pocos, de su imperio de detergentes que blanquean falsas morales. Sabrán ellos que los llamamos por sus «Nombres incompletos» y no sus nombres de patio de recreo de colegio privado (Santi, Marito, Mauri, Fulani, Mengani y Sultani) y no ocultamos nuestros rostros al hacerlo porque la desidia y el mal «Tiene nombre completo» y hay que nombrarlos sin avergonzarnos.
El teatro es una práctica de despojo, el resto es espectáculo. Si no saldrían «Las Densas» a aniquilar lo que queda de la posesión demoníaca que sufrimos como estado o pequeña sociedad media-ambiental-hipócrita, no creería más en la fuerza de nuestro hermoso acto de liberación y toma de postura que es nada más y nada menos que «El Teatro» y es el de siempre, el de la antigua Grecia y el de la Posdramática de David.
Si alguno de ustedes mis queridos clases mediantes quieren ir a asistir a estas trincheras de sangre vieja y bocas nuevas, avísenme que voy de vuelta porque vale la pena verla una segunda vez, porque Carmen Soler, porque Hérib Campos Cervera, porque Luis María Martínez, Elvio Romero y todos esos socialistas de la poesía clasemedia y provocante, esas «Densas del Siglo XX», también escucharon la expresión: Qué feo es usar la poesía para estas cosas.
Chicas, chicos, chiques: Gracias por provocarme en la cara.
Anike pende tibio porque roprovocata hina.

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