16 May La Dictadura y el Consulado del Dr. Francia fueron una inspiración Rousseauniana y de la Roma republicana
El Consulado y luego la Dictadura, magistraturas que gobernaron al Paraguay durante las primeras décadas de la república (1813-1844), tuvieron sus fuentes doctrinarias en Juan Jacobo Rousseau, la Revolución Francesa de 1789 y la antigua república romana, que constituyeron la respuesta al peligro de la desaparición de la naciente y aún débil república paraguaya. Estos peligros estaban representados por las pretensiones de sometimiento de Buenos Aires, de Portugal, Brasil y la monarquía española en el plano externo y, la inestable como inmadura dirigencia política, así como la conspiración constante de los españolistas y porteñistas al interior de la república.
El 12 de octubre de 1813 un congreso general de 1.100 representantes que comenzó el 30 de setiembre, aprobó por aclamación el Reglamento de Gobierno redactado por el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia y Fulgencio Yegros, que constaba de 17 artículos y que organizaba en forma elemental el gobierno. En base a este reglamento ellos fueron electos cónsules de la república, pero en el congreso realizado en 1814, los diputados renuevan autoridades y eligen Dictador Supremo al Dr. Francia y en el congreso general celebrado el 1° de junio de 1816 lo confirman con el título de “Dictador Perpetuo con calidad de Ser Sin Ejemplar”.
La dictadura era concebida por Rodríguez de Francia no como un sistema de gobierno distinto al de la república, sino como una forma de gobierno que formaba parte de la misma; una institución excepcionalísima, que tenía como objetivo salvar y consolidar la república, ante el peligro que amenazaba terminar con su propia existencia, y cuya vigencia duraría el tiempo necesario para alejar dicho peligro retornando a la normalidad. Una vez cumplida su misión, se terminaría, poniendo fin a la delegación de la voluntad popular que creó la dictadura, devolviendo al pueblo su soberanía para que la ejerza a través de su delegación en los representantes electos.
Es decir, la dictadura era entendida como un instrumento de lucha contra el despotismo y debía durar el tiempo necesario que requería las condiciones políticas del país. La negativa del Dr. Francia a designar un sucesor para después de su muerte, a pesar del pedido de su médico ante la gravedad de su estado de salud, puede considerarse como una manifestación de que la dictadura ya había terminado su misión: “Que no me molesten con esas zonceras”, fue su única respuesta a su médico Juan Vicente Estigarribia en su lecho de muerte, ante el ruego de éste para que adoptase alguna disposición sobre su sucesor en el mando.
A su muerte, acaecida el 20 de setiembre de 1840, ese mismo día se constituyó una “Suprema Junta Gubernativa” de cinco miembros presidido por el juez ordinario Manuel Antono Ortíz y secretario Policarpo Patiño, quien ya era el secretario del Dr. Francia. Dicha Junta provisional cayó el 22 de enero de 1841 por obra del sargento Romualdo Duré y se constituyó un “Triunvirato” integrado por Juan José Medina, José Gabriel Benítez y José Domingo Ocampos que convocó a un congreso realizado el 12 de marzo de 1841 bajo la presidencia de Carlos Antonio López, al que asistieron 500 diputados. Dicho congreso estableció de nuevo el Consulado, eligiendo cónsules por tres años, a Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio López.
A la expiración de su mandato de tres años, los cónsules convocaron a un Congreso General de 300 diputados que se reunió el 13 de marzo de 1844, que aprobó la primera Constitución que tuvo la república, redactada por Carlos Antonio López y Andrés Gill, entonces secretario general de gobierno. La constitución fue un gran avance institucional, pues consagraba la división de los poderes, no así el equilibrio entre ellos y en ninguna parte consagra las libertades individuales. El gobierno de los López fue sin duda fue progresivo porque conducía al país hacia el desarrollo industrial autónomo en base a la civilización capitalista industrial de Europa, y su política beneficiaba a las grandes mayorías de la población. Pero el sistema político era una rudimentaria estructura republicana, con un gobierno despótico y unipersonal, el único autorizado para editar diarios, no había libertad para hacer oposición y muchos aspectos de la vida privada caían dentro de cierta forma de reglamentación del estado.
Con esta constitución y con la elección de las autoridades creadas por ella, se termina el consulado y se cierra definitivamente el período excepcionalísimo de la república del Paraguay gobernado por las magistraturas Dictadura y Consulado, inspiradas en el contrato social del filósofo suizo de la ilustración Juan Jacobo Rousseau y en la república de Roma antigua.
La Dictadura en Roma antigua
En Roma antigua, durante la vigencia de la república (509 A.C-27 A.C.) existía lo que los romanos llamaban Dictator o Dictador y el Consulado. El consulado era el cargo más alto de la república y era colegiado, ejercido por dos cónsules, elegidos por el senado por un período de un año. El Dictador era un magistrado de la república que era elegido por el senado en forma excepcional, con autoridad para hacer frente a un peligro para la existencia del estado, una emergencia militar o una situación de gravedad de carácter excepcional. Todos los demás magistrados estaban subordinados a su autoridad.
Aunque sus poderes eran absolutos, se le imponía algunas limitaciones como la renuncia al cargo una vez cumplida la tarea que se le había encomendado o por un plazo de seis meses. El último Dictador fue Julio César, nombrado por el senado por un período de diez años en el año 47 A.C. En el año 44 A.C. fue nombrado dictador vitalicio (Dictator perpetuo rei publicae constituendae). Pocos meses después, el 15 de marzo del año 44 A.C. cayó asesinado por varias puñaladas en el senado, víctima de una conspiración orquestada por un grupo de 60 senadores opuestos a sus ambiciones autocráticas. El nombramiento de dictador era una alta distinción para la persona que la ejerciera. De ahí el título conferido al Dr. Francia de “Dictador perpetuo de la república con calidad de ser sin ejemplar”.
Semejanzas y diferencias entre la dictadura francista y la dictadura romana
Semejanzas:
La dictadura del Dr. Francia tenía todas las características de la dictadura romana. El dictador Francia fue elegido en 1814 como dictador supremo y luego en 1816 como dictador perpetuo por una amplia voluntad popular expresada en el voto de dos congresos; el peligro de la desaparición de la república del Paraguay tenía su origen en las pretensiones de Portugal, la corona española y Buenos Aires, quienes pretendían someter al Paraguay como una provincia; Buenos Aires tenía partidarios dentro de la república que conspiraban con aquel; la corona española tenía dentro del país a los ricos comerciantes españoles quienes querían el retorno de la monarquía y, por último, la política de boicot y prohibición a las exportaciones paraguayas por parte de Buenos Aires, las cuales crearon la ruina de los comerciantes criollos paraguayos quienes vivían de la producción y la venta para el mercado internacional, lo que levantó a esta oligarquía contra la política económica del Dr. Francia.
Diferencias
La dictadura romana duraba un plazo máximo de seis meses, mientras que la dictadura del Dr. Francia fue perpetua. Se puede suponer que el peligro de la desaparición del estado paraguayo no desaparecería en un tiempo corto, sino que se extendería por un largo plazo teniendo en cuenta su naturaleza, y que el Dr. Francia adaptó la duración de la república romana a las circunstancias propias y especiales del Paraguay de entonces. Pero lo cierto es que existió esa contradicción y la dictadura no duró seis meses sino 27 años, hasta la muerte del dictador en 1840.
Semejanzas y diferencias con la doctrina de Juan Jacobo Rousseau
Juan Jacobo Rosseau (1712-1778) fue un filósofo y doctrinario suizo que formaba parte de la Ilustración, un movimiento intelectual, filosófico y cultural hegemónico en Europa en el siglo XVIII. Llamado también “Iluminismo” porque proponía el uso de la razón humana para “iluminar” la ignorancia, la obscuridad y la superstición en la que estaba sumida Europa. Cuestionó que el poder de los reyes y de la monarquía provenían de Dios, y sentó las bases para que la soberanía residiera en el pueblo. Por esta razón el siglo XVIII es denominado el “Siglo de las luces”. Los filósofos de la Ilustración fueron las bases doctrinarias de la revolución francesa de 1789 y conmocionó a todo el planeta, aboliendo monarquías y creando repúblicas, incluso también en América.
Las semejanzas
La dictadura, primero Suprema y luego Perpetua creada por el Congreso General de 1814 y de 1816 respectivamente, que la ejerció el Dr. Francia, es una forma de gobierno a la que hace referencia Rousseau en el capítulo VI del contrato social, cuando dice que “En casos de gravísimo peligro…cuando así lo exija la salud de la patria…en estos casos raros y manifiestos, se provee a la seguridad pública por un acto particular que entrega el cargo en manos del más digno. Más si el peligro es tal que el aparato de las leyes constituye un obstáculo para dominarlo (al peligro), entonces se nombre a un jefe supremo que haga callar las leyes y suspenda temporalmente la autoridad soberana. En este caso semejante, la voluntad general no puede ponerse en duda, porque es evidente que la primera intención del pueblo es la de que el Estado no perezca”.
Las diferencias
Sin embargo, seguidamente Rousseau agrega que, “cualquiera que sea la manera como se confiera esta importante comisión (la dictadura), conviene fijar su duración con un tiempo muy corto e improrrogable”. La dictadura perpetua contradice la doctrina de Rousseau. Se puede suponer que el motivo que originó esta magistratura es de largo tiempo y por lo tanto su superación también requiere igual cantidad de tiempo. Lo cierto es que en su duración no concuerda con la doctrina Ruosseuniana, más también es claro que la dictadura está inspirada en el Contrato Social, obra cumbre de Rousseau.
Los peligros que justificaban una magistratura excepcional:
- A mediados de setiembre de 1811, la Junta descubrió una vasta conspiración en la que estaban implicados los principales dirigentes del españolismo, el gobernador Bernardo Velazco, el coronel José Antonio Zavala y Juan Bautista de Achar, quienes buscaban decapitar a la Junta, constituir un triunvirato y exiliar a sus líderes. Fueron descubiertos y el Dr. Francia los llamó en la plaza llamándolos a identificarse por sus nombres e imponiéndoles fuertes contribuciones para la defensa del país y apresando a los principales líderes como Machaín, Zavala y demás.
- En 1814, en vísperas del congreso general para elegir nuevas autoridades, en Asunción había una agitación entre los criollos porteñistas partidarios de la unión con Buenos Aires y en sectores del ejército cuyos líderes eran Juan Manuel Gamarra, Pedro Juan Caballero y el ex edecán de Velazco, oficial español José Teodoro Cruz, quienes le propusieron a Yegros sumarse al plan, siendo rechazado por el mismo. La conspiración no logró tomar cuerpo, mientras, Francia tuvo conocimiento del hecho e insistió a Fulgencio Yegros para que tome medidas contra los mismos. Finalmente, Yegros intimó a Manuel Cavañas y a Caballero para que dentro de tres días perentorios abandonasen Asunción y se trasladasen a sus estancias en el campo, bajo apercibimiento de que en caso de desobediencia tendría consecuencias sobre los mismos.
En este agitado y enrarecido ambiente, siete días después, se realizó el congreso general el 4 de octubre de 1814 con la participación de 1.100 diputados de todo el país, la gran mayoría campesinos y clase media rural, una alta representación si se tiene en cuenta que el Paraguay tenía un poco más de 120 mil habitantes en ese tiempo. El congreso general nombró al Dr. Francia Dictador supremo y en 1816 lo nombró dictador perpetuo.
- “Las medidas gubernativas eran constantemente desconocidas, la resistencia de las 100 familias era pasiva pero enérgica” afirma el historiador Julio César Chávez. Y en 1820 se descubre una nueva conspiración para asesinar al Dr. Francia el viernes santo por la tarde durante su paseo habitual a caballo. El plan estaba dirigido por Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero, Vicente Ignacio Iturbe, Pedro Montiel, Marcos Baldovinos, Jesús Acosta, Sergio Latorre, Justino Olavarría y Juan Bogarín entre otros, quienes se reunían en las noches en la casa del Dr. Marco Ignacio Baldovinos. El capitán Pedro Montiel tenía que asesinar al Dr. Francia, mientras que Fulgencio Yegros se haría cargo del gobierno, Caballero y Montiel quedarían con el ejército.
La conspiración fue descubierta por Juan Bogarín, quien participaba en las reuniones y conocía todo el plan. La policía estaba informada de las reuniones que se hacía en la casa de Baldovinos, y en la noche del martes santo de 1820, fueron detenidos al salir de la reunión, Pedro Montiel, Jesús Acosta, Sergio Latorre y Justino Olavarría, a excepción de Juan Bogarín quien estaba en la reunión, pero no ha sido visto por la policía escapándose. Los detenidos manifestaron que estaban de visita en la casa tratando de cuestiones sociales. Pero Juan Bogarín, asustado por la detención de su círculo insurgente, fue a confesarse con el padre guardián de los recoletos Fray Anastacio Gutiérrez a quien confesó todo el plan. Este dispuso como penitencia que Bogarín fuese a contar todo el plan a las autoridades, como así lo hizo. A la noche de ese mismo día fueron apresados todos los conspiradores. Además de los nombrados, fueron apresados Antonio Tomás Yegros y Fernando de la Mora entre otros. Sin embargo, los conspiradores no fueron fusilados.
- Pero en 1821 es descubierta otra conspiración. El 3 de julio de ese año cayó en poder de una patrulla paraguaya un chasque que era mandado por el comandante Ramón de Cáceres, ayudante militar del caudillo federal entrerriano Francisco Ramírez. La carta que estaba entre un papel cerrado con migas de pan, y dirigida a Pedro Juan Caballero, le pedía decir a Yegros que tuviera confianza, que pronto les iba a ayudar. Ramírez estaba acampado en Corrientes esperando el momento para invadir el Paraguay y derrocar a su gobierno. Sin embargo, Ramírez tuvo que dejar el campamento y postergar la invasión porque tuvo que dirigirse a Córdoba para enfrentar a otra facción enemiga dirigido por Estanislao López, donde perdió la batalla y fue muerto el 10 de julio de 1821. El descubrimiento de la carta y del plan de connivencia de los conspiradores con un ejército extranjero, alteró al Dr. Francia quien ordenó la instrucción de un proceso que culminó con la condena y el posterior fusilamiento. En la mañana del 17 de julio de 1821 fueron ejecutados frente al cabildo Fulgencio Yegros, Pedro Montiel, Juan Aristegui y cinco condenados más. El 18 de julio fue ejecutado el Dr. Marco Baldovinos y los días siguientes otros condenados. Pedro Juan Caballero se suicidaría unos días antes y otros morirían en prisión. Se cree que la comunicación entre Francisco Ramírez y Yegros, Caballero y demás conspiradores, ya existía antes del descubrimiento del plan conspiraticio del año 20.
Sobre el suicidio de Pedro juan Caballero, el Dr. Francia hizo este comentario: “…como que era uno de los conspiradores contra este gobierno y que conociéndose descubierto, y convicto tomó el arbitrio de cometer el suicidio…”
El proceso judicial y las condenas de cárcel y muerte resultantes fueron aplicadas en base a la Ley española de las Siete Partidas vigente, que consagraba estas penas para los delitos de sedición; y después de ejecutado el reo preveía también el decomiso de sus bienes.
Pierangelo Catalano, eminente profesor italiano de derecho romano escribió el libro “Modelo Institucional Romano e Independencia: República del Paraguay 1813-1770”. En el mismo dice en una parte que “Nos queda un testimonio de la reflexión del doctor Francia sobre el modelo romano incluso a propósito de esta trágica circunstancia: en una página del tomo III de La historia romana de Juan de Haller, el dictador escribió de su propio puño las fechas de la muerte de Yegros y de otros conspiradores, luego escribió de su propio puño y letra las fechas de la muerte de Yegros y de otros conspiradores:
“14-VII-821
17-VII-821
25-VII-821
Pax
Francia”
Oscar Paciello Candia comparte la tesis de que la Dictadura tuvo su fuente doctrinaria en la república romana en su libro “Inspiración Romana en el Pensamiento del Dr. Francia”.
Click aquí para acceder a nota: Pierangelo Catalano. «Paraguay debe estudiar el ideario francista»
http://lapaginadeaguara.blogspot.com/2011/09/paraguay-debe-estudiar-el-ideario.html
La iglesia también era un peligro
Y por si todo ello fuera poco, en lo religioso también había problemas. Una parte del clero seglar y secular era contrario de la nueva república; con el Obispo español Pedro García de Panés a la cabeza, era abiertamente partidario de la monarquía española y hostil a la república. Para enfrentar este problema, Francia dispuso por Auto Supremo del 2 julio de 1815, la prohibición de la injerencia de autoridades religiosas del exterior en las comunidades; éstas quedaron libres y absueltas de toda obediencia e independencia de la autoridad de provinciales, capítulos y visitadores de otros Estados. Los curas fueron obligados a jurar fidelidad y lealtad al gobierno y a la “independencia en que se halla esta república”. Poco después de la conspiración de 1820 abolió el “Fuero Eclesiástico” por medio del cual la iglesia dependía en última instancia solamente de sus superiores de España, poniendo al clero bajo la jurisdicción civil y asumiendo el costo y control financiero del clero. Ante las protestas del obispo García de Panés, según el historiador Julio César Chávez, el Dr. Francia solía decir que “Si el Papa viniese al Paraguay yo no lo haría sino mi capellán”.
Ya pasado el peligro y consolidada la república, por Auto Supremo del 15 de julio de 1838 el gobierno repuso el fuero eclesiástico, dispuso que las autoridades eclesiásticas y los curas prestasen de nuevo obediencia al obispo. Ordenó también al tesorero de hacienda Juan Manuel Alvarez, que le facilitase los medios necesarios para el ejercicio de su apostolado. El Dr. Francia mandó al actuario Policarpo Patiño a preguntar al obispo García de Panés, ya muy anciano, si estaba dispuesto reasumir todas sus funciones, a lo que éste contestó que gracias a Dios estaba mejor y que si bien no podía caminar con regularidad, atendería en su sede.
Conclusión
Es claro que las fuentes doctrinarias de la dictadura y el consulado fueron la dictadura de la república de la antigua Roma y el contrato social de Juan Jacobo Rousseau, así como que la dictadura era una institución excepcionalísima que tenía el objetivo de salvar a la república de su destrucción. El tiempo limitado de duración de la dictadura romana y la concebida por Rousseau, en comparación a la dictadura perpetua del Dr. Francia, se puede entender como que los peligros internos y externos que determinaron su establecimiento fueron muchos, de variada naturaleza y de largo tiempo, lo que también requería el tiempo necesario para su enfrentamiento y superación. Don Carlos A. López consideró que la dictadura ya había cumplido con su misión (no continuó con la dictadura sino con el consulado) y llamó a un congreso general para establecer una nueva forma republicana basada en una constitución, aunque muy rudimentaria.
Las instituciones romanas no eran ajenas ni eran extrañas a los líderes de ese tiempo. En Francia, al término de la revolución francesa (1789-1799), la constitución creó el consulado, luego el imperio, ambas referenciadas en la república romana. Eran ensayos institucionales para encontrar las formas adecuadas de la república. En las luchas de independencia de la América española los patriotas tenían la costumbre corriente de citar ejemplos de Grecia y de Roma en apoyo de sus propias doctrinas. El Proyecto de Constitución Provisoria para las Provincias del Río de la Plata de 1811, de Francisco de Miranda y Simón Bolívar, tenía una rigurosa inspiración rousseuniana.
Las “Cien familias” que constituían la elite política y económica paraguaya de la que formaban parte los Yegros, Caballero, Cavañas, Iturbe y otros, no tenían un proyecto de república superior o alternativa a la del Dr. Francia, porque sus convicciones republicanas de independencia iban sólo hasta donde empezaban sus negocios y sus intereses económicos. Si el costo de la independencia era sacrificar sus intereses, preferirían adaptarse a las exigencias externas, ya sede Buenos Aires o de otra, como lo demostraron los principales líderes de la revolución de mayo, Yegros, Caballero, Iturbe y Cavañas entre otros, al entenderse con el caudillo entrerriano federal Francisco Ramírez para que invada el Paraguay, destituya a su gobierno y pase a formar parte de la Argentina. Si esa invasión se realizaba (que estaba a punto), el Paraguay habría sido una provincia más de la república argentina, y hoy seríamos argentinos.
Si hoy, los días 14 y 15 de mayo festejamos la independencia del Paraguay, se lo debemos al Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia y a las grandes mayorías de la población constituidas por campesinos, chacreros, comerciantes locales, peones, pequeños y medianos ganaderos y el ejército compuesto por soldados proveniente de esas clases populares, que apoyó su gobierno hasta la consolidación total de la república.
Se lo debemos también a los gobiernos de los López quienes sostuvieron la misma política de estado de independencia política y económica que termina en 1870 y con ella el primer y último intento de industrialización autónoma que tuvo América latina hasta nuestros días.
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