30 Dic Para la creación se parte de algún significante amo
Se escribe probando, ensayando hasta que emerja un significante amo. Un significante principal que dirija una historia; igual con la música, hasta que aparezca una mínima composición que guste, también sucede igual con el arte conceptual como lo es con mis EscritoPintura.
La llamada creación parte de la invención. La invención es crear sobre lo que hay y se le da un uso especifico e inédito, no se crea desde una inspiración ni desde la nada, como destacó Jacques-Alan Miller.
Cuando un significante principal surge, es decir, un significante que da vida a las historias que acontecen y el personaje que emerge elige, se puede decir que la creación esta independiente y en desarrollo. Así es como la invención nos va introduciendo en un mundo de significados diferentes. Los escritores- poetas inventores, no los que ponen historias en el papel, dejan marcas en los lectores. Dejan marcas porque la escritura si bien parte del goce autista intimo se escribe de tal manera que se añade algún sentido que el lector encuentra.
La creación, entonces, parte primero de la invención vinculado a un goce íntimo y, por el sentido que se añade, el lector queda tocado y decimos, recién en este segundo momento, que la escritura responde a un lazo social. La escritura como lazo social es secundaria.
En cualquier contextura artística está comprometido el sujeto del inconsciente. Sea en lo que vio, escucho; sea en su engaño o semi-verdad querida o temida; sea en sus ilusiones, frustraciones o privaciones reales o imaginarias el sujeto tejido en su trama inconsciente está presente en su obra.
Cada vez que se crea el escritor está atento a cualquier conclusión o cierre. Busca cortar la tendencia nirvánica, propensión de llegar al punto de exterminar toda tensión. Esto quiere decir que respeta su inicio: insatisfacciones que son la fuerza de su escritura, este es el conflicto del escritor. Se mueve entre dejar abierto o cerrar su historia.
¿Que es lo que hizo Sigmund Freud? Para decirlo en un lenguaje musical: escucho la potente melodía de la sinfonía del mundo, y escribió sus partituras en sus libros analíticos. Igual que José Asunción Flores, escucho las voces del pueblo y escribió correctamente en la partitura. Ambos, a su manera, revelaron los secretos de los sentimientos, emociones y representaciones de manera formal, explicativa de lo que nos conmueve o nos hace vibrar.
El intelecto no canta como decía Antonio Machado pero si hay un canto para adentro, la voz de un si mismo desconocido, sujeto del inconsciente, que transmite no solo impulsos y estados de ánimo pasajeros, sino aveces un deseo repudiado o negado, un anhelo que no queremos transmitirnos a nosotros mismos. Por ejemplo, cuando una frase que hemos escuchado o pensado nos persigue, eso debe querer decir algo. No solo frases, sino también melodías que nos pasan por la cabeza, son pistas al psicoanalistas acerca de la vida del mundo pulsional. Si se puede pensar y no hacer de tus pensamientos meta (definición de la asociación libre) debe tener importancia psicológica el hecho de que se nos ocurra un tema musical en lugar de palabras. Algo de significación se pierde cuando se quiere expresar en frases o palabras; incluso con el lenguaje de la poesía se dificulta encontrar los secretos de la vida emocional. Pero la música, pobre en contenidos racionales, comunica infinita variedad de sutiles emociones.
*Psicólogo-clínico – Psicoanalista, Poeta, Artista Plástico Conceptual, Gestor Cultural del Psicoanálisis
genarorierah@gmail.com
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