
10 Oct Ellos los cartistas…
Por Óscar Ayala Amarilla
Ellos (los cartistas), no consiguen soportar que Tierraviva haya contribuido a restituir a sus legítimos dueños, comunidades indígenas del Bajo Chaco, unas 165.000 ha. de tierra usurpadas por diferentes ganaderos.
Tampoco soportan que se haga promoción de derechos, algo que ellos odian, desde luego, pues son de oración diaria y preferirían que nos dediquemos a rezar, como lo hacen Gustavo Leite y su esposa en un cenáculo dorado con plata de Itaipú.
Mucho menos les gusta que denunciemos la explotación laboral en las estancias del Chaco, muchas de ellas en manos de menonitas amigos del advenedizo Orlando Penner.
Que denunciemos la denegación de derechos que sufren los indígenas, cuestionando la permanente violación del principio de igualdad y la falta de seguridad jurídica que les afecta, sobre sus tierras asediadas por el agronegocio que ellos defienden, menos aún les simpatiza.
Que promovamos la participación de los Pueblos Indígenas en los asuntos públicos, menos que menos les parece bien, pues ellos se creen los únicos dueños de la palestra.
Creo que todo esto y algunas cosas más, explican el odio y la mentiras recurrentes a las cuales apelan en el Congreso, atacando a Tierraviva por el trabajo que históricamente ha realizado y a mí como defensor de derechos humanos.
En definitiva, les molesta ver al pobre en camionetas 4×4, les incomoda de sobremanera; que conozcan sus derechos más; todo lo que es conquista social incomoda a una élite perversa, que somete al 65% de los indígenas a la pobreza y al 34% de los mismos a la extrema pobreza.
Por tanto, lo que digan personajes como Penner, Dionisio Amarilla, Leite o Bachi Núñez, todas ellas son personas que carecen de cualquier medida integridad, y nunca podrá manchar la trayectoria de Tierraviva ni de quienes luchamos contra la injusticia en el Paraguay.
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