Carmen Soler o el brillo de Antígona

A propósito de «Carmen Coraje», obra de Raquel Rojas, protagonizada por Carmen Briano. Tiene funciones los próximos 4,5 y 6 de octubre en el Arlequín Teatro.

Por Mara Vacchetta Boggino

Raquel Rojas nos tiene acostumbrados al aplauso entusiasta con sus obras de teatro de creatividad infrecuente. En el caso de “Carmen Coraje”, además de la dirección, el guion es también de su pluma. Desde el principio la obra se desarrolla en un clima de tensión constante, acorde a la persecución y torturas que vivió Carmen Soler, la poeta y luchadora contra la dictadura de Alfredo Stroessner.

Comenzamos viendo cómo la mujer recibe fuerte golpiza de su torturador y es notable señalar no sólo la expresividad de la actriz Carmen Briano sino la inventiva de Raquel, pues con sólo los gestos de la protagonista , más luces y voces del azotador, asistimos al verdadero calvario de Carmen.

Raquel nos hace recordar a “la segunda muerte” del marqués de Sade (autor sin par de las dos muertes), quien apunta no sólo a la muerte física sino al aniquilamiento de cualquier rastro de la memoria de un sujeto. En tal sentido, rescatar el nombre de esta valiente defensora de los derechos ciudadanos ante el dictador, es un gran logro de Raquel como ciudadana.

¿Quién no es capaz de evocar a Antígona ante cualquier conflicto que nos desgarra en nuestra relación con la Ley que se presenta en nombre de la comunidad como Ley Justa?

La tragedia está en el horizonte de nuestra experiencia. ¡De ahí la resonancia de la Antígona –de Sófocles-, desde el mundo antiguo!

Y la catarsis, como emoción que se descarga en las palabras que la articulan! La catarsis es una purificación ritual, ceremonial. Catarsis implica que somos purgados, purificados. En este caso, experiencias como la de asistir a “Carmen Coraje”, debe suscitar en nosotros ejercer ciudadanía con muchísima mayor responsabilidad.

Aristóteles (el filósofo aparece 80 años después de Sófocles) habla del arranque dionisíaco y del apaciguamiento gracias a la música y la poesía… ¡Y no es casual que Carmen fuese una poeta inspirada que -con el talento de la palabra-, lograra apaciguar tanto dolor! Carmen – como Antígona -con su brillo insoportable nos fascina.

El deseo de Antígona apunta más allá de la äté (atrocidad, desgracia).

El héroe siempre en soledad, por estar más allá de los límites. En las tragedias griegas, la muerte acompaña siempre a la vida. Y Antígona avanzó hacia el límite fatal, manteniendo el valor único de su ser.

La Belleza hace vacilar el juicio crítico, es ceguera esencial. La Belleza opera acá – como dice Georges Bataille- como una barrera antes de la muerte. Lo Bello como resultado de su relación con el límite, con la äté. Cuando se intenta responder sobre la realización del deseo, por ese desliz interminable, aparece la perspectiva de la muerte, que Antígona/Carmen mira con coraje.

Querida Raquel, en este momento especialísimo en que el mundo mira a Paraguay como un lugar que atrae para venir a vivir, espero que como paraguayos sepamos beneficiarnos de esta oportunidad y –en ese sentido- tu obra Raquel, ¡¡¡es una manera riquísima de fortalecer nuestro piso identitario!!! ¡Felicitaciones!

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