Removieron placa stronista de la Escalinata de Antequera

Este martes se realizó en la Escalinata de Antequera un acto de recordación por los cuatro años de la masacre de Curuguaty, ocurrida el 15 de junio de 2012, organizado por un colectivo de artistas, trabajadores de la cultura y la comunicación así como activistas de derechos humanos.

Durante la actividad se tuvo la participación de varios artistas como Ricardo Flecha, Rolando Chaparro, Ulises Silva, Trueno, entre otros, y Ava Paje-Rock&Teatro presentó la obra «Black Friday Curuguaty», con una puesta alegórica plena de intensidad sobre los hechos ocurridos durante la matanza.

En representación de los familiares de las víctimas, Mariano Castro –padre del fallecido en la masacre Adolfo y de los procesados Néstor y Adalberto Castro–, agradeció el apoyo de los presentes durante estos cuatro años de lucha por el esclarecimiento del caso y la libertad de los campesinos, sometidos a un proceso repleto de vicios en el que no se investigó la muerte de los labriegos, se han ocultado pruebas y añadido elementos de manera irregular.

Con respecto al tramo final en que se encuentra el juicio, dijo que duelen las mentiras de la fiscalía que a toda costa busca condenas de 25 a 30 años contra inocentes    que solo reclamaban un pedazo de tierra para alimentar a su familia. Señaló que además de que la matanza destrozó muchos hogares, con la condena a la que se enfrentan los acusados muchos niños quedarán huérfanos, pues el tiempo que sus padres permanecerían presos equivale a quedarse desamparados.

La declaración leída durante la noche expresa que el juicio en que se pretende condenar a los campesinos es la expresión del poder de la mafia que se ensaña contra inocentes para mantener sus privilegios y exigen la absolución de los campesinos así como la nulidad del juicio.

Una de las acciones simbólicas más intensas de la noche fue la remoción de una placa recordatoria del gobierno del dictador Alfredo Stroessner realizada por integrantes del movimiento de objeción de conciencia y activistas por los derechos a la diversidad sexual. Durante la lectura de una declaración rechazaron la reivindicación del pasado stronista, el creciente militarismo y la falta de goce efectivo de derechos, evidenciada en la negativa de las autoridades a aprobar una ley contra toda forma de discriminación.

Expresaron que la destrucción de la placa no constituye un atentado contra el patrimonio histórico, sino una reivindicación de la memoria histórica con el fin de que los crímenes de la dictadura no vuelvan a ocurrir. “Memoria y resistencia trans” fue la leyenda inscripta sobre el lugar donde estaba la placa, recordando al mismo tiempo al más de medio centenar de personas trans que han sido asesinadas desde 1989, crímenes que permanecen en la impunidad.

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