
Quiénes pagarán los miles de millones de dólares que cuesta la crisis pandémica en Paraguay y quiénes no
El Poder Ejecutivo y el Congreso endeudaron al Estado paraguayo por alrededor de 2.190 millones de dólares para afrontar las consecuencias económicas y sociales de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus. Los economistas Fernando Masi y Luis Rojas ayudan a nuestro medio a explicar qué sectores sociales y cómo pagarán la deuda contraída con los organismos financieros, además de las consecuencias futuras de este endeudamiento.
Por Arístides Ortiz Duarte
El Gobierno nacional, presidido por el presidente Mario Abdo Benítez, firmó el pasado 16 de marzo el decreto por el cual declaró Estado de Emergencia Nacional “en todo el territorio nacional para prevenir y controlar el riesgo de expansión de la transmisión del coronavirus”.
En el marco de este estado de emergencia, el Ministerio de Hacienda -entonces dirigido por el ex ministro Benigno López- comenzó a tomar el timón del barco con medidas económicas y financieras expresadas en proyectos de endeudamiento, para solventar el parón casi total de la economía paraguaya en el primer semestre del 2020.
Este parón paralizó la producción, los servicios y el consumo de la población, dejando a la gran masa de los habitantes sin trabajo, sin dinero y, en muchísimos casos, sin alimentos.
El Poder Ejecutivo remitió con rapidez al Congreso (dominado por los partidos Colorado y PLRA) un proyecto de ley de préstamo de emergencia de 1.620 millones de dólares, que fue aprobado sin dilación; luego el Ejecutivo solicitó otros 400 millones de dólares, que también le fue concedido expeditivamente. El último endeudamiento sancionado por el Congreso –el pasado 9 de diciembre- es de 172 millones de dólares. Sumando estos montos, la deuda total contraída para afrontar la crisis pandémica escala a 2.192 millones de dólares.
Luis Rojas, economista, docente universitario e investigador social, recordó que antes de la crisis la deuda pública paraguaya ascendía, en 2019, a 8859 millones de dólares. “Ahora alcanza, a octubre del 2020, 11.369 millones de dólares”, agregó.

En los momentos más duros de la pandemia, la población vulnerable recurrió a las ollas populares ante la falta de trabajo y alimentos. Foto: Osvaldo Zayas.
Por su parte, Fernando Masi, economista, investigador y miembro del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP), apuntó que el monto total de la deuda pública significa “más del 30% de Producto Interno Bruto (PIB, todo el movimiento económico del país)”; el 14% de esta deuda pública fue por la emergencia de la pandemia, añadió Masi.
¿Quiénes pagarán?
Ante la pregunta de arriba, Fernando Masi respondió que será por la vía de más impuestos. “La pregunta es sobre cuáles sectores caerá el mayor peso de estos ajustes impositivos”, se interrogó nuestro entrevistado, ya que toda deuda se termina pagando con los recursos genuinos de un Estado: la plata que sale de las recaudaciones de los impuestos pagados por su población.
Masi aclara, sin embargo, que si no se ajustara la actual estructura de tributos del país para pagar la deuda pública y quedara tal cual, los que pagarán casi toda la deuda serán los sectores de la población con ingresos bajos (la absoluta mayoría de los 7.300.000 habitantes) y medios (la denominada “clase media”).
“…(hoy) el 75% de las recaudaciones vienen de los impuestos indirectos (Impuesto al Valor Agregado -IVA, el Impuesto Selectivo al Consumo –ISC-, los impuestos y aranceles aduaneros y otros). El 25% proviene de la Renta a las Empresas y el Impuesto a la Renta Personal (IRP)”, explicó Masi.
El IVA -precisó Masi- lo pagan “todos los sectores de ingresos del país: ricos, pobres y clase media, y con la misma tasa”, subrayando que “el problema es que un 10% de IVA no es igual para los sectores de ingresos bajos y medios que para los sectores de ingresos altos”.
En octubre pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó a los gobiernos de los países aumentar los impuestos a «los grupos más acaudalados» y a «las empresas más rentables» para enfrentar la crisis económica generada por la pandemia. Al mismo tiempo, el FMI llamó a seguir ayudando a las poblaciones más vulnerables de cada país. El gobierno de Abdo Benítez rechazó esta sugerencia expresando que la creación de nuevos impuestos deprimiría aún más la producción del país.
Luis Rojas proyectó que la deuda contraída por la crisis pandémica “la pagaremos en su mayor parte los que actualmente pagamos el IVA, y la otra parte se pagará con nuevos endeudamientos, que es ‘bicicletear’ la deuda, patear para adelante” para no enfrentar el problema de fondo: la necesidad de más impuestos.
“…cada año se irá tomando nuevas deudas para pagar parte de las viejas, lo que generará un efecto ‘bola de nieve’ de más y más deudas…”, graficó Rojas.
El último estudio publicado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con apoyo del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), concluye que los ingresos del Estado paraguayo por impuestos más los aportes por seguridad social son del 13,8% con relación al Producto Interno Bruto, ubicándose en Sudamérica como el primer país con menor carga fiscal, y el segundo en toda Latinoamérica, solo por encima de Guatemala.
Un Estado pequeño sin capacidad de pago
La idea de que la deuda contraída por la pandemia y el resto de toda la deuda pública se puede pagar con “los recortes de gastos del Estado, propuesta por los medios de comunicación, las autoridades nacionales y los empresarios”, de lejos no será suficiente, advirtió Masi.
“…mirando las cuentas del Estado, vemos que los gastos públicos son solo alrededor del 14 o 15% del PIB, y que las recaudaciones solo representan el 13,8% del PIB. Es decir que tenemos un Estado pequeño, donde la mayor parte de los gastos se dirigen a salud, educación, seguridad y a pagar la deuda pública. Es poco lo que puede ser recortado en gastos superfluos…”, afirma el economista de CADEP.

Directivos de la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (FEPRINCO) rechazaron los intentos de aumento de impuestos para los sectores empresariales durante la pandemia. Foto: ARP.
El 5 de mayo pasado, la Cámara de Senadores, con mayoría de votos de los legisladores de la ANR, PLRA y Patria Querida, rechazó y mandó al archivo cuatro proyectos de leyes para apuntaban a recaudar fondos para afrontar la pandemia: el que pretendía un impuesto a las grandes fortunas (grandes empresarios, terratenientes y capitalistas) iguales o mayores a 657.851.700 de guaraníes (30 mil salarios mínimos) durante los periodos fiscales 2020, 2021 y 2022; un aumento del impuesto a la producción y comercialización del tabaco del 18% actual al 50%; aplicar un 5% de impuesto a la exportación de la soja en grano, y elevar los escasos impuestos a las bebidas alcohólicas y azucaradas. La intención de los proyectistas (Frente Guazú, Partido Democrático Progresistas y algunos liberales en forma individual) era cargar sobre las fuertes espaladas de los empresarios el costo de la pandemia.
Escenarios futuros
Tarde o temprano, augura Masi, el aumento de impuestos para cumplir con el pago de la cada vez mayor deuda pública del Estado, “será aplicado por este gobierno o los siguientes… (porque) se verán obligados”, anticipó Fernando Masi.
“Si los ajustes tributarios se realizan sobre los impuestos indirectos, el costo será sobre la mayoría de la población paraguaya. Si los ajustes se hacen sobre los impuestos directos, el costo será principalmente para las personas de más altos ingresos y para las empresas grandes que hoy gozan de una suerte de paraíso fiscal viviendo en Paraguay, por lo mínimo de sus contribuciones al fisco”, sentenció Masi.
El escenario futuro más probable -según Luis Rojas- es que habrá más endeudamiento y no habrá un aumento de impuestos a la población con mayores ingresos, como los empresarios agro-ganaderos y los de servicios.
“Como la deuda irá subiendo y sus intereses también, cada vez se irá recortando más recursos a los gastos sociales, como vivienda, educación, reforma agraria, porque una mayor parte (del Presupuesto General de Gastos) irá al pago de deuda. Irá bajando la inversión social. Los efectos serán aumento de la pobreza, la desigualdad social, el empeoramiento de la calidad de vida de los paraguayos y paraguayas”, proyectó Rojas.
Según los últimos cálculos presentados en agosto pasado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Coeficiente de Gini -medida económica que se utiliza para calcular la desigualdad de ingresos entre la población de un país- crecerá entre 1% y 1,9% en 2020 como efecto pandemia. Paraguay es uno de los países más desiguales de América del Sur.