
¿Por qué hay tanta gente sin casa y tantas casas sin gente?
La “Cidade Baixa” de Salvador da Bahia era alguna vez un barrio hermoso. Esta impresión nos daba. Al lado del puerto, se encuentran casas preciosas, adornadas, cuidadosamente construidas. El barrio nos cuenta una historia. Hoy, solamente las plantas habitan las casas. Plantas lindas, sí, árboles de mamón o tal vez una planta de tamarindo. Se nota que a ellas les gusta vivir allá. Están recuperando sus territorios. Las casas están por caer, carteles pegados a la pared vieja de la casa, dicen/avisan “proibido a entrada, corre risco de vida”. En unas esquinas se encuentra otro dibujo, pintado como un grafiti en las piedras de los muros de las casas viejas. Es el dibujo de una casa, adentro está escrito “aqui podia morar gente.”
Alrededor del Puerto de Asunción, nos encontramos con patios sucios, las contraventanas rotas y en las entradas bullen vasos de yogurt de vainilla y botellas de plástico. También hay animales muertos. El esqueleto nos hace creer que eran ratones. Justo en el medio de un patio sale un arbolito. Recién nacido, estableciendo sus raíces. Cómo tiene la fuerza de crecer en medio de azulejos de la época colonial. En casi cada esquina se encuentra una casa en declive. Observando estas casas, esta parte del micro centro asunceno parece una ciudad fantasma.
¿Cómo se explica el porqué de tantas casas abandonadas?
También acá, al lado del puerto, se acumulan las casas sin habitantes. Claramente porque la actividad portuaria bajó totalmente. Pero también porque en esta área algunas empresas del Estado como por ejemplo la Administración Paraguaya de alcohol fueron privatizadas y con el tiempo dejaron de funcionar, cuenta el arquitecto Jonny Alvarenga. “Aparte de eso, varias actividades se trasladaron del centro hacia la zona de los shopping, por lo tanto el microcentro de Asunción quedó sin actividad comercial.”
El centro abandonado
En clasipar.com.py se encuentran anuncios como “Invierta y mejore una casa en total estado de abandono”. El Edificio Staudt sobre Palma parece un palacio, pero con sus ventanas inmensas cerradas no nos deja echar un vistazo a su interior. ¿Qué ocurre adentro? ¿Por qué no se habita? Podría servir para una vivienda o para un centro cultural. Otro papel importante juega el problema de las sucesiones. La pregunta por el dueño de una casa puede tardar años en responderse.
Jonny Alvarenga relata que hay poca movilidad en el mercado inmobiliario. “Hay unas cuantas familias que siguen manteniendo la propiedad sobre muchos inmuebles como una manera de ahorro, una manera de mantener el valor del capital. Piensan que es más seguro. Están esperando una mejor oportunidad para vender sus terrenos”. Él está convencido de que estas personas intencionalmente dejan caer las casas viejas que están registradas como de valor patrimonial porque la ley dice que no las pueden tocar. Su intención es construir nuevos edificios o vender caros terrenos. Lo que ellos tienen en cuenta es solo el valor comercial.
¿Pero esta ley entonces permite dejar caer los edificios con valor patrimonial? Jonny Alvarenga dice que hay un vacío muy grande en este caso en el que no hay una manera en la cual se les pueda obligar a los propietarios a darles uso a estos inmuebles o a conservarlos.
Al “Guano”, una casa abandonada que se ocupó el año pasado, y se montó un centro cultural y social auto gestionado, lo desalojaron. Ahora, al pasar por ahí (Presidente Franco casi Ayolas), se nota claramente que la planta baja está abandonada una vez más.
¿Para qué sirve una casa sin habitantes?
A Jonny Alvarenga le gusta la idea de ocupar esta clase de espacios: “El desuso de los edificios corta mucho la vida de la ciudad en los barrios afectados”.
Desde hace unos años existe un equipo que estudia la propuesta de la revitalización del centro histórico de Asunción. El Programa se llama Programa Ciudadela Cultural de Asunción (PCCA), el cual incluye el Plan Maestro del Centro Histórico de Asunción. “La única manera de poder revitalizar el centro es con los recursos tanto de la área pública como privada,” relata Jonny Alvarenga.
En Brasil, cuenta él, aprobaron la nueva ley ,“Estatuto de la ciudad”, que tiene carácter estatal y que es justamente para evitar esta clase de situaciones.
En muchas ciudades se está trabajando su implementación; sin embargo, existe mucha resistencia de los que especulan con la propiedad. En general, la ley es un resultado del debate de movimientos sociales que buscan el derecho a la vivienda y comisiones que quieren construir una ciudad organizada y sana.
Jonny dice que “sobre todo esta ley se basa en los escritos de Henri Lefebrve “Le droit á la ville” (El derecho a la ciudad)”. Para Lefebrve, el derecho a la ciudad significa el derecho común: encuentro, intercambio, diversión y el uso de un espacio urbano formado en conjunto. Los ciudadanos tienen derecho de intervenir en el desarrollo de la ciudad. En Salvador da Bahia hasta ahora no se nota la implementación de la nueva ley. Esperemos que algún día se pueda caminar por el puerto y no solo tener la impresión de que fue un barrio hermoso sino también poder verlo.
¿Y en Asunción?
Hasta ahora los edificios de valor patrimonial histórico siguen cayéndose a pedazos.
-¿Por que hay tanta gente sin casa y tantas casas sin gente?
Jonny Alvarenga se ríe, pero no es una risa feliz sino tal vez una risa de desilusión: “La situación en la ciudad es la expresión de la realidad social. Como en el campo, hay mucha gente sin tierra y tierra sin gente. Desigualdad tremenda. Para una ciudad tan poco poblada como Asunción, el número de la gente que no tiene vivienda es demasiado alto. Y sí, la ciudad expresa físicamente lo que es la composición del funcionamiento de la sociedad paraguaya.