Del periodismo impreso al online

Por Raquel Domínguez

Llevo 22 años transitando el camino del periodismo, y en los dos últimos años desempeño mi trabajo en la versión digital del diario La Nación. Cuando me llamaron a formar parte del “digital”, como se conoce en la jerga laboral a los que hacemos periodismo online, no me especificaron mucho. Solo me dijeron que “éste era un cambio para que pudiera hacer un trabajo más dinámico”.

Fue a mediados de junio del 2015 y recuerdo que el encargado de turno con el que me enviaron me mostró los vericuetos técnicos básicos para cargar información a la web, como entrar al WordPress, contraseña, como cargar fotos, corregir, etc. El resto lo fui aprendiendo por mi cuenta en una parte y otra con la ayuda de los colegas de más años en la labor de informar vía web.

Hoy entiendo en su real dimensión lo de “dinámico”, porque trabajar la información para la web es realmente una vorágine, muchos datos que corroborar, fuentes, corrección de forma y fondo en textos, alzar fotos, vídeos, piezas gráficas, todo eso en al menos tres decenas de materiales. Y esto en 6 a 7 horas de trabajo contínuo, que pueden extenderse a 10 o más horas cuando los sucesos noticiosos así lo requieren.

Pronto entendí lo esencial de Twitter y Facebook en el quehacer diario, abrí una cuenta en la red del pajarito y descubrí las bondades de hurgar en el muro de las instituciones públicas y privadas, así como personas, para rastrear información. Con el Instagram no llego hasta ahora a entenderme, pero es otro elemento primordial a la hora de compartir información en la era digital y que mis colegas de 25 años para abajo manejan al dedillo.

El cambio no me resultó tan traumático, no sé si fue más por la actitud de aprendizaje con la que tomé el desafío o por la gran ayuda que recibí desde el primer día de mis compañeros de trabajo. Y esa ayuda sigue ahí en el día a día, sobre todo de los jóvenes de 20 y poco que trabajan en el equipo, a quienes no dudo nunca en pedir que me muestren en una rápida escuelita como se usa tal o cual aplicación.

Desde mi visión, para muchos periodistas, sobre todo los que ya llevan varias décadas en la profesión en prensa escrita, es difícil aceptar que la era digital ya llegó. No es algo que tenemos que pensar cómo abordar porque ya está aquí y ahora. Con los veinteañeros el proceso se torna rápido porque ya manejan los códigos y formas de trabajo multiplataforma”.

Fuente: www.clasesdeperiodismo.com

Fuente: www.clasesdeperiodismo.com

De hecho, todos los medios de comunicación apuestan hoy decididamente a las plataformas digitales para subsistir, tanto diarios como radio y hasta canales de TV. Twitter, Facebook e Instagram son hoy el hervidero de información, tanto que el monitoreo de radio que conocemos los de 30 años para arriba dejó de tener sentido para medir el pulso de lo que acontece.

En los últimos cinco años se ha notado una apuesta de los dueños de medios para fortalecer los equipos de redacción para la web, tanto en materia de contratación de personal como en adecuación de la infraestructura de trabajo. Particularmente, el equipo donde trabajo creció de 5 a 13 personas en los últimos dos años.

Sin embargo, la convergencia total no se da aún en ninguno de los diarios, según mi criterio, principalmente porque no se ha encontrado la forma de lograr que todos los periodistas se acoplen al trabajo multiplataforma. Esta situación se da principalmente por la falta de definición de las formas de trabajo, horarios, remuneraciones, infraestructura general, etc.

El equipo de la web en La Nación cuenta con el apoyo de algunos colegas de las principales secciones, a quienes se menciona en las notas. Pero al ser internet un espectro tan amplio para buscar y obtener información, ésta se consigue igual en caso de que los compañeros no pasen información. El fuerte en éste caso son las imágenes que facilitan los reporteros gráficos, que hoy día fungen incluso de cronistas al facilitar números de contacto para obtener datos sobre las fotos que envían por el Wahtssapp, que es el otro elemento esencial de trabajo.

En ese sentido, el desafío contante es producir notas propias para el diario digital, que atraigan tráfico a la página, que le den un valor agregado en medio del mar de informaciones que se pueden leer en Internet. Para eso las piezas gráficas y aplicaciones ayudan mucho a la hora de hacer atractiva la presentación de un material.

La reticencia de muchos colegas se basa en que si trabajan para la web estarán haciendo un doble trabajo. Pero si se logra establecer un esquema práctico, ese doble trabajo no será tal, pues habrá equipos para hacer horarios diferentes y así evitar que haya quienes trabajen demasiadas horas.

De momento, los que hacemos el digital cumplimos varias funciones en una, porque redactamos, editamos, buscamos fotos, editamos video, hacemos piezas gráficas para los textos, todo eso en al menos media hora si el tema amerita un despliegue importante.

Aún con el auge de las diversas plataformas tecnológicas, la esencia del trabajo periodístico no cambia, pues la veracidad y respeto por los principios básicos del trabajo de informar no deben ser afectados. Sí cambia el formato en el que se despliega la información, que a éstas alturas cualquier ciudadano tiene al alcance de un click en la computadora o el smartfhone.

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