
23 Mar Entre el partido y la patria
Nuestro país se polariza. Lluvias de bots, medios cartistas y ñembo influencers pagados teclean desde las oficinas para explicarnos que eso ndajeko es “muy malo”. Agitan el fantasma del miedo y la persecución fiscal mafiosa para desmovilizar a un pueblo que le pone alas a sus sueños de cambio. Y llaman a “pacificar” cuando sabemos que esa solo es la paz de unos pocos, no la paz del pueblo.
No existe proceso transformador que no polarice la sociedad. Porque siempre habrá gente beneficiada con que nada cambie y todo continúe igual. Siempre ha sido así, a lo largo de los 200 años de nuestra historia. Incluso en los albores de nuestra independencia existían paraguayos “realistas”, a quienes no les convenía el cambio por sus negocios comerciales con España.
Ahora los colorados se unen para mantener todo como está y hasta se pegan el lujo de burlarse del país tuiteando “gracias por hacer que los de la ANR nos unamos” mientras toman champagne, como si fuera que alguna vez volveremos a creer que están divididos, o que son gobierno y oposición a la vez. Ellos siempre estuvieron unidos para repartirse el país, porque para ellos el Paraguay no es su patria, es su negocio.
Hoy están llegando a la capital compatriotas de todos los puntos del país para sumarse a la semana protestas por el Marzo 2021 y por la patria soñada. Tenemos que volver a salir como todos estos días, todos los días hasta que renuncien, hasta que limpiemos el Paraguay. Para demostrarles que los colorados unidos no son más que el resto del país unido, que ese Paraguay que a ellos tanto les gusta para hacer negocios ya no será más.
Y a mis amigos colorados de bien, colorados decentes o como quieran autodenominarse, les digo que este es el momento en que tienen que elegir entre su partido y su patria, entre la pañoleta colorada o la tricolor. Porque un gobierno corrupto que entregó Itaipú, que no gestionó vacunas por estúpidas cuestiones ideológicas, que dejó sin protección a la gente, que dejó que se arruinen emprendedores y pequeños productores, que se dedicó a hacer negociados en pandemia, NO puede continuar. No si es cierto que quieren al Paraguay.
Por eso hoy quiero hacer un elogio a estos tiempos de confrontaciones y disputas. Estos tiempos de divisoria de aguas en donde se vuelven a discutir proyectos de país que no son compatibles entre sí. En contra del consenso que ellos predican: el consenso de la resignación, de la apatía y de la indiferencia ante el dolor de todo un país. Porque tenemos que salir por aquellos que ya no pueden.
Porque el sueño de otro Paraguay diferente vuelve a habitarnos, vuelve a enamorarnos. Y cuando el pueblo vuelve a luchar por su país se transforma en un huracán imposible de detener, crispado frente a los que intentan frenar el cambio, decidido frente a los que buscan mantener sus privilegios.
Sorry, the comment form is closed at this time.