¿El fin de la historia de “la otra comunicación posible”?

Por Fátima Rodríguez

fatirodriguez@gmail.com

Ya no queda claro nada. Todo es difuso. Estamos atestados de información. No hay tiempo para nada, pero hoy no salimos del computador. Pasaron mil cosas, estuvimos muy conmocionados, pero no salimos de frente al computador.

Aquella historia de “Otro mundo es posible”, ese slogan del Foro Mundial Social en Porto Alegre parece que en los tiempos actuales se hubiera borrado, más aún cuando vemos que en Brasil si bien hay resistencia, la derecha ha avanzado con todo. Este es el gran desafío del pensamiento crítico desde la comunicación: ¿De qué comunicación hablamos en tiempos de Twitter, Facebook, Youtube, Instagram, WhatsApp y Snapchat?

Lo que pasó con la manipulación de los algoritmos de Facebook durante las últimas elecciones en Estados Unidos; lo que pasó con la manipulación mediática de las encuestas en las últimas elecciones en Paraguay; las formas de arremetida en WhatsApp de los fundamentalismos religiosos frente a los movimientos feministas; todo, todo parece llevarnos a ni qué el “El fin de la Historia y el último hombre” de ¿Nakayama? ¡Francis Fukuyama! ¡No. Eduardo Nakayama ko es un abogado liberal! Nakayama, cercano al “simpático” de Efraín Alegre, candidato a la presidencia por la alianza opositora “Ganar” que no ganó en las últimas elecciones de Paraguay y uno de los grandes promotores del Golpe del 2012.

Ah, no, pero hablemos de comunicación. Este era el tema que nos traía aquí…Decíamos… que ahora además, apareció en nuestras escenas latinoamericanas un Jaime Durán Barba “atestiguado” por sus alumnos como Mauricio Macri y sus ministros de Cambiemos en Argentina, un Horacio Cartes y Honor Colorado en Paraguay… todo parece conducirnos a la fatalidad de creer en la comunicación como un proceso de inducción, estímulo- respuesta (E-R), como se creía antes de que aparecieran los muchachos de la Escuela de Frankfurt a problematizarlo todo.

Entonces, lo que en el esquema de Paul Lazarsfeld se llamaban “Líderes de opinión”, ahora se llaman “influencers”. Los medios-los influencers- sus seguidores. Cartes, por ejemplo, lo tiene todo. En este esquema conductista funcionalista ¡Pup! nos tiran los mensajes y nosotros lo legitimamos o lo rechazamos, pero como siempre vemos, escuchamos y seguimos en Twitter a quienes nos gustan, casi siempre, lo legitimamos. No tenemos mucha capacidad de pensar. Somos “masas”. (Aquí también es importante plantear que en el mismo sentido, los muchachos de las escuelas norteamericanas funcionalistas coinciden con los marxistas en tratarnos como “masas” y probablemente decir “otra comunicación es posible”, también les suene “posmo” porque la cuestión es resistir y confrontar nomás al enemigo).

“El Twitter de los inteligentes”

Cada vez que entramos al Twitter, alguna gente salimos espantadas. Supuestamente es «el lugar» dónde se encuentran las personas que tienen «influencias». En una conversación, una socióloga argentina amiga, Magui López, nos dijo que es un «Twittter es un espacio igualador» porque ahí conocemos a personas que por ahí, en el Facebook u en otra red social, no aceptaría nuestra amistad.

Más o menos es que por ahí, Santula –Santiago González el periodista joven y estrella del Grupo Vierci- no acepta ser nuestro amigo en el Facebook, pero si somos geniales como nuestra amiga Magui López, por ahí, nos lee. Puede ser. Pero….En Paraguay, el Twitter es el lugar donde están los periodistas, los comunicadores auspiciados por los políticos, los funcionarios públicos, los organizadores de eventos…la pregunta es: ¿Queremos igualarnos a esa gente que se disputa la agresividad cotidiana- que no llega a ser todo «sarcasmo» como nos intentan vender?

“Twitter es un medio muy útil para enterarte de lo último que surge a nivel de información y para difundir mensajes que requieren difusión rápida y masiva, pero está llena de «trolls» y falsos perfiles, destinados al mismo rol que antes ejercían los «llamadores» en las radios. El secreto es no caer en el juego de las agresiones, no responder a los insultos y la agresividad. Sin embargo, cuando se generan «hilos» de discusiones e intercambios de informaciones de gente inteligente y bien informada, también puede resultar muy enriquecedor”, nos dice el periodista Andrés Colman.

Esto de que en Twitter está la “gente inteligente” está muy fuertemente instalado hasta que llegamos con una mirada crítica y nos encontramos con un montón de gente poco creativa, agresiva, llena de odio, intentando decir algo sobre el Trending Topic, intentando decir “aquí estoy”, periodistas y funcionarios disputando “decir primero” y quién la tiene más larga.

“La primicia” que era antiguamente como la gran disputa en las radios y en la televisión ahora se fue a Twitter. Sin embargo, cuándo preguntamos cuántos usuarios hay de Twitter en Paraguay y cuántos de Facebook, nos encontramos con que la cantidad de usuarios de Twitter es irrelevante si miramos la cantidad de usuarios en Facebook. Ah, pero son los “influencers”. Y para colmo, los fulanos con los que interactuamos o creemos interactuar, no siempre son ellos. Los funcionarios de más alto rango, muchos de ellos, ni manejan sus cuentas, sino que los manejan periodistas que dejaron de ser periodistas y ahora son asesores políticos o comunicadores institucionales. En síntesis, una ronda de periodistas.

Hace poco, en un curso, analizamos un texto de Pierre Bourdieu «Sobre la Televisión» en dónde se exponen algunas propiedades del campo periodístico y básicamente nos quedó la idea de «la competencia» como «vigilancia permanente» que al final, en lo que resulta es en una «uniformidad de la oferta». Los únicos que se sintonizan entre ellos son los periodistas, la gente común no está haciendo zapping a lo loco para ver los tres programas de política los domingos a la noche, a esa hora, probablemente, mucha gente común estamos haciendo la tarea de la escuela con nuestros hijos a última hora y tenemos prendido el televisor por ahí. Algunas veces, si hacemos zapping, en los programas locales de los domingos podemos ver al mismo entrevistado en diferentes canales: un programa es grabado y el otro es en vivo. Es decir, la competencia lleva a la uniformidad de la oferta de los contenidos. Todos diciendo lo mismo. ¿Y qué nos queda?

En Twitter pasa lo mismo. Y esta es la función del TT (Trending Topic) que marca básicamente sobre “lo que hay que hablar”. Todos diciendo lo mismo.

El contenido y la disputa real del “sentido”

“Otra comunicación es posible” solemos decir desde la periferia, ahí, por dónde andamos nosotros. Silvia Federici, en su última visita a Paraguay, nos dejó muchas preguntas sobre este “otro mundo es posible”. Salir del sistema, salir del juego del capitalismo, encontrar otras formas. ¿Cómo? Probar y equivocarse, tratar de vivir ahora la historia de la comunidad con personas que conocemos y creen que otro mundo es posible. No esperar la revolución. ¿Cómo hacemos en comunicación? No somos masas, somos personas que podemos hacer cosas maravillosas si creemos en ella y cosas crueles también en nombre si creemos (sino, fijémonos en lo que hacen los religiosos con las necesidades de contención de tanta gente)

¿Darse tiempo para encontrarse? Menos intermediación de la tecnología y más “cara a cara”. No sabemos si funcionará, pero ¿si lo intentamos?

No se trata de renegar de la tecnología ni de combatirla, sino de encontrar otra forma. Hay un montón de historias que no llegan a los periódicos, a la televisión, a las radios. Hay un montón de gente inteligente fuera de las redes sociales…¿y si les escuchamos? ¿y si prestamos más atención? ¿y si dejamos la pantalla y nos damos un tiempo para escucharnos?

Después, contamos las historias por donde queramos.

“Posmos” y felices: ganar de vez en cuando

Los movimientos progresistas en general de América Latina, se encuentran en una etapa de crisis de los sentidos que no sabemos cómo le vienen con los aipo “millenials”. El feminismo en las calles y en las redes ha dado como un suspiro en medio del vacío de sentidos en las últimas décadas, ya que “los gobiernos progresistas” (sabemos que es un eufemismo llamarlos progresistas) terminaron dividiendo y atomizando a los diferentes movimientos de izquierda. Además, esos gobiernos fracasaron en la disputa de la comunicación de una manera estrepitosa.

En fin, ese suspiro viene con la emergencia de las mujeres. Como siempre, los movimientos de izquierda quieren sacar partido del movimiento feminista y cómo pueden, se aggiornan cuanto menos, para que sus líderes no sean escrachados como machos progres.

Entonces, el feminismo tiene un poco de esa propuesta de pelear y ganar algunas veces, de a pasitos, algunas veces puras sensaciones, pero sensación de estar en la calle juntas ha dado sentido y sensaciones de victoria.

En las lecturas a veces extasiadas, hasta se habla de una “verdadera revolución cultural” que precisamente no se manifiesta en las estructuras, pero no dejan de ser sensaciones con sabor a victoria. En Paraguay, en el año que el movimiento feminista logró ser tapa de los tres diarios y en la evaluación en la plaza, por poco no dijeron que esta ¡sí era la verdadera revolución!, ese mismo año, teníamos a Enrique Riera en el Congreso Nacional frente a los fundamentalistas, prometiendo quemar libros y prohibiendo la Teoría de Género en las instituciones públicas.

En fin, que el feminismo provee esa sensación de felicidad que a veces es tan necesaria para seguir en el día a día cuando tenemos sensibilidad social. Por supuesto, para los marxistas, eso no es más que “cosa de posmos”, pero seamos posmos y felices.

Encontrémonos, cultivemos la alegría todos los días, porque detrás de la pantalla, estamos solos y ni sabemos qué caras ponemos cuando nos leemos. Y sí, seremos “re posmos”, pero por ahí, cuando nos tenga sentido salir a la calle, seremos millones.

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