Memorial José Martí de La Habana, Cuba.

“cuba castrista»

a lily, sandra, eduardo, yamila, rose marie.

 

el otro día un compañero querido,

detonado por las “proezas” del rostro parlamentario del ultraconservadurismo paraguayo[1],

en un post donde listaba lo muy jodido,

incluía a la «cuba castrista».

estudié psiquiatría por 4 años (1999 – 2003) en la habana.

y digo en la habana  porque al haber viajado tan poco por el archipiélago cubano,

prefiero admitir que lo que (algo) conocí fue la habana.

allí, aprendí que no todx estadounidense per se es imperialista o de la cia.

tuve un hermano “gusano”.

amé a una “gusana”.

aprendí. y quiero contar un poco cómo.

historias

. caminando con un joven profesor de física de la universidad de la habana que detestaba profundamente a fidel (decir en cuba, «fidel» o «castro» es -en sí- ya un posicionamiento), le preguntaba si por qué la carrera de física no se mudaba al campus de las ingenierías (la cujae), y me responde alterado:»¡cállate, que aquí si te oyen van a hacerlo!».

claro, a él su trabajo le quedaba a 10 cuadras y mudarlo allá era dejarlo a unos 20 kilómetros.

me quedé pensando que en el paraguay “democrático y libre», jamás se me ocurriría que alguien del gobierno llegaría a tomar una idea sensata de un anónimo extranjero (como yo en aquel momento), o de cualquiera… a no ser que fuera funcional a sus intereses.

. casualmente estando en uno de los museos de arte, entré a un salón donde debatían, a partir de una muestra que estaba haciendo un artista cubano residente en el extranjero, el tema de discriminación y etnicidad en cuba. el artista trabajaba con graffitis en arpillera; uno de ellos decía «no todos los negros tomamos café» .

coordinaba en ese momento el ministro de cultura abel prieto, con mucha de la intelectualidad local. el debate era intenso y polémico. y recuerdo haber opinado. claro, lo que dije no mereció comentario de nadie. pero salí conmovido pensando en cómo me permitían asistir y opinar en un espacio así.

. discutiendo sobre la publicidad televisiva de la revolución, decía que ésta me parecía estereotipada, predecible y aburrida. él, tras oírme con paciente derroche, respondió que la televisión cubana no dependía -como yo suponía- del ministerio de cultura, sino del de las fuerzas armadas (no sabía), que desde el 59 la propaganda de la revolución había pasado por diferentes momentos (tampoco sabía), y me explicó lo que intentaron y cómo les fue (menos). después de escucharlo me juré ser más cuidadoso ante la relación entre mis pretendidas interpelaciones y mi nivel de desinformación acerca del proceso histórico cubano; pero tardé en darme cuenta que tampoco sabía (aparte de algunas casi consignas, y una viejísima rabia) de historia paraguaya.

así, la única vez que volví a asunción, la mitad de mi mochila al volver a cuba eran libros de historia.

. fui a comprar una pieza al “mercado negro” para mi bicicleta, y un hombre nomás de mirarme dice “tu… ¿latinoamericano? ¿comunista, no?”, y sin tregua me aparta y lleva a mostrarme unas casas de cartón y plástico al costado de una vía férrea, sumando: “esto, a ti, fidel no te lo muestra”. pensando también en callar, le dije, “mirá, eso lo tienen que decidir los que viven acá. yo vine para estudiar y me vuelvo. pero sí te digo algo: vos no sabés lo que es tener tu auto, y en una noche de invierno parar en un semáforo y que escuches que te golpean la ventanilla, y un niño te ponga la mano: si le das sos un hijo de puta, y si no, también. ese lugar de mierda, ustedes lo resolvieron”. compré la pieza.

. la justicia revolucionaria, allá por el 2000, decidió el fusilamiento de dos personas, tras ellas asaltar para ir a la florida una balsa (la de regla) con decenas de gente. este fusilamiento generó un debate internacional también dentro de las izquierdas; galeano, saramago hasta fito cuestionaron públicamente las decisiones del gobierno.

una noche, conversando de esto con dos amigxs, les decía que me parecía muy valioso que como izquierda podamos debatir y decir nuestras diferencias públicamente. en eso, y con uno de los tonos más amenazadoramente coléricos que le oí a alguien, me dijo esta amiga afro: «¡eso lo dices porque tú no vas a estar aquí cuando los yankis nos bombardeen..!». todavía rengueo.

. en las primeras delegaciones paraguayas a la escuela latinoamericana de medicina (que ofrece becas para todo el continente) había este debate respecto a la comida: “otra vez pollo… kore…” era la expresión de la mayoría de los becadxs hijxs de intendentes o gobernadores; esto no pasaba con lxs hijxs de activistas campesinxs que rara rara vez comían esto. nuestros ojos miran adelante sin poder dejar de sumarle su atrás.

«nuestra revolución es invencible»

la habana tenía esto en un enorme cartelón que solía ver andando en bicicleta.

la frase siempre me asustó. pero en esta “dictadura sanguinaria” -en guerra de asedio por décadas, a 90 millas náuticas del imperio más poderoso económica, militar y culturalmente de la historia de la humanidad- me quedo con estas dos frases que me siguen ondeando dentro cuando hablan de la “cuba castrista”:

una de sabina: «yo voy a criticar a cuba cuando levanten el bloqueo»;

y otra de galeano: «cuba ha hecho mucho más de lo que le han dejado, y mucho menos de lo que ha querido».

 

[1]     ver: https://www.youtube.com/watch?v=YsObM8lIjpM&feature=youtu.be

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